Hace medio siglo atrás, un 4 de septiembre de 1962, se creó la máxima organización del empresariado privado boliviano, cuando un grupo de 19 empresarios visionarios, representando a las principales entidades productivas del país, se reunió en la Cámara Nacional de Industrias (CNI), en la ciudad de La Paz, para dar inicio a un emprendimiento lleno de esperanzas: unir e integrar a las organizaciones destacadas del sector en una entidad nacional de carácter gremial, que tuviera la capacidad de interpretar los propósitos y anhelos de la comunidad empresarial y se propusiera fortalecer su presencia en la sociedad boliviana, armonizando sus intereses particulares con los intereses superiores de la nación.
Fue esta iniciativa la que dio vida a la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) – inicialmente con el nombre de Unión de Instituciones Económicas Privadas de Bolivia, conformada por los sectores de industria, comercio, banca, minería y aseguradores. El primer Directorio de la entidad tuvo como su presidente a Enrique García Iturralde, quien fue acompañado en aquella oportunidad por José Romero Loza, Lucio Alvéstegui, Jorge Jáuregui, Humberto de Rada, Claudio Sanjinés y José Manuel Handal. Un año y medio después, la CEPB obtuvo su personería jurídica a través de la Resolución Suprema 124419 de 23 febrero de 1964.
Desde entonces, la entidad matriz del sector privado siguió una trayectoria de crecimiento y consolidación institucional que la encaminó a lo que es hoy: una organización robusta con una reconocida tradición de defensa de los intereses empresariales, que agrupa en su seno a una amplia gama de cámaras y asociaciones empresariales nacionales y federaciones departamentales; la organización empresarial privada más importante y con mayor reputación en el país.
El camino recorrido por la CEPB fue largo, muchas veces difícil, y a menudo signado por los avatares de la historia política boliviana. Sin embargo, allí donde la alternancia de los ciclos políticos de apertura democrática y de regresión autoritaria, tuvo el efecto de interferir y socavar la consolidación de instituciones civiles fuertes y representativas, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia pudo sostenerse y sobreponerse a tales vicisitudes, manteniendo una línea institucional apegada a los principios fundamentales que inspiraron su creación, entre ellos la defensa de la libertad económica como fundamento esencial para el desarrollo económico y social del país.
A lo largo de la historia, la CEPB puede reivindicar legítimamente su importante contribución al desarrollo socio económico de Bolivia y el fomento de la iniciativa económica, el empuje empresarial y el espíritu emprendedor de los bolivianos. El compromiso de la institución con el desarrollo nacional se plasma en el crecimiento económico sostenible y con equidad. Un progreso que, además, tiene que darse en un contexto de libertad y de democracia.
El accionar de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia traspasó fronteras al establecer solidas relaciones institucionales con sus similares de la región y del mundo, además de una participación activa en el seno de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) y de la Organización Internacional de Empleadores (OIE).
En el ámbito social, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia no se limitó a la defensa gremial del sector productivo y a la divulgación conceptual de la iniciativa privada y la libertad económica, sino que intervino directamente en importantes programas destinados a promover la excelencia, productividad y solidaridad, a través de la capacitación, formación y asistencia técnica de los trabajadores y empresarios.
En este marco, consolidó exitosamente el sistema INFOCAL a través de una Fundación Nacional financiada en parte con el aporte solidario de las empresas privadas del país, contribuyendo de esta manera a mejorar las destrezas de los trabajadores bolivianos a través de la capacitación y promoción de mano de obra nacional.
También se propuso capacitar y dar formación empresarial para elevar el nivel técnico y la competitividad de las empresas bolivianas mediante la Fundación IDEA, creando posteriormente un instrumento educativo de primer nivel, como la Universidad Privada Boliviana (UPB), cuya filosofía y enfoque de enseñanza permite la formación de profesionales altamente calificados, agentes de cambio que contribuyen al desarrollo económico y social del país.
Forma parte de la institucionalidad de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, la Fundación PROCAL, principal promotora del exitoso programa de ferias a la inversa, que posibilita a la micro y pequeña empresa ofertar productos a la mediana y gran empresa, generando de esta manera un mayor encadenamiento entre los diversos actores económicos.
Vale la pena destacar que en la sede de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, hace 38 años se fundó la Bolsa Boliviana de Valores, gracias al convencimiento de la necesidad de contar con un mercado de valores que suscite una mayor democratización del capital y promueva, de esa manera, una mayor competitividad de las empresas bolivianas.
El gobierno Directivo y Administrativo de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, tiene la siguiente estructura: